El 10 de febrero, un objeto fue derribado por el ejército norteamericano mientras sobrevolaba a una gran altitud el espacio aéreo estadounidense, informó de última hora la Casa Blanca.
De acuerdo con el comunicado oficial, el objeto había estado sobrevolando el espacio aéreo de Alaska a unos 40.000 pies (12 kilómetros) por 24 horas antes de que el presidente Joe Biden ordenara su derribo.
Según el presidente, previo a la orden se había llevado a cabo dos intentos de reconocimiento para conocer el objetivo y propósito de este para luego proceder al derribo ocurrido a la 1:45 pm (hora local).
La operación fue coordinada por el Comando de Alaska y la asistencia de la Fuerza Aérea de ese estado, la FAA y el FBI, agregó la Casa Blanca, mediante el uso de un caza F-22 de la Base Conjunta Elmendorf.
John Kirby, coordinador de comunicaciones estratégicas del Consejo de Seguridad, señaló que el objeto sobrevolaba el espacio aéreo de Alaska y cayó sobre el Océano Ártico en la frontera noreste de ese territorio y Canadá.
Kirby afirmó además que, al momento del derribo, los pilotos a cargo de la acción informaron que el objeto no estaba tripulado.
El funcionario aclaró que la denominación de “objeto” responde a que, mientras no se examinen los restos, no hay certeza de qué era exactamente.
No obstante, la información visual de los pilotos indica que se trataba de un aparato o equipo del tamaño aproximado al de un automóvil.
Comparativamente hablando, explicó el coordinador, el objeto era mucho menor que el globo espía chino derribado hace algunos días también por violar el territorio norteamericano.
La orden ejecutiva “llegó por ejercicio de precaución y recomendación del Pentágono”, explicó Kirby, pues, aunque no representaba un peligro militar evidente, su presencia en el espacio aéreo de Estados Unidos podría haber afectado los vuelos civiles.
Respecto a su procedencia, aún no existen datos conclusivos que señalen si se trataba de un objeto privado, estatal o de procedencia extranjera. Tampoco ha habido comunicado de otras naciones reclamando la propiedad del objeto.
Esta es la segunda acción que en poco menos de una semana toma Biden para eliminar posibles amenazas a la Seguridad Nacional en el espacio aéreo de los Estados Unidos, quien ya había enfrentado críticas republicanas por su manejo del globo chino.
Graduada en Periodismo, especializada en temas de actualidad de Estados Unidos