El incendio de grandes proporciones que inició en la Reserva Nacional Mojave en California hace solo unos días se ha extendido hasta territorio de Nevada.
Según la información ofrecida en la mañana del 1 de agosto, el incendio fue calificado sin contención y había alcanzado 284 kilómetros del área boscosa, insuflado por vientos huracanados y muy altas temperaturas.
El siniestro forestal inició el viernes en las cercanías de Caruthers Canyon y cruzó el límite fronterizo al norte de York Fire hacia Nevada en solo 48 horas generando columnas de humo hacia Las Vegas.
Las cuadrillas que intentan parar el cruce del fuego trabajan en la contención de los llamados remolinos o tornados de fuego, columnas de humo que parecen girar y que se avivan en medio de condiciones propicias como el viento y el calor.
Aunque algunos los catalogan como espectáculos a la vista, sus vórtices podrían alcanzar cientos de pies de altura, varias velocidades de rotación y resultan extremadamente peligrosos para la flora y la fauna local, así como para la vida humana.
Hasta el momento solo se reportó un bombero herido mientras accionaba en esta tarea.
El Servicio Meteorológico Nacional informó que en Searchlight, Nevada, un área que todavía no ha alcanzado el siniestro, las temperaturas ambientales ya oscilaban en los 37.8 grados.
Las causas del siniestro continúan bajo investigación, aunque se presume que se inició en un terreno particular dentro de la reserva.
Por lo pronto, ya se informó la carbonización de miles de acres de bosques de enebros, matorrales negros y árboles de Josué en las montañas de San Bernardino, abrasadas por llamas que alcanzaron hasta 6 metros de altura.
Ileene Anderson, científica sénior del Centro para la Diversidad Biológica, dijo que las consecuencias del siniestro cambiarían el hábitat de la zona de forma permanente.
Explicó que se necesitarían hasta 300 años para que el piñón y el enebro vuelvan a repoblar la zona y añadió que en caso de árboles de Josué y los matorrales negros muy difícilmente volverían a crecer.
Especies animales como los borregos cimarrones y los ciervos verían limitada su supervivencia si logran salvarse de las llamas.
A más de 1.300 personas se les indicó evacuar sus hogares en las proximidades de la comunidad de Aguanga, sitio con múltiples bodegas y dotaciones de caballos, aunque por el control de hasta un 30 % del fuego, a algunos se les permitió volver a sus casas.
El Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California alertó sobre la posibilidad de que el fuego vuelva a crecer rápidamente dadas las probabilidades de tormentas eléctricas y los vientos pronosticados por los servicios meteorológicos.
Experto en redacción y análisis de noticias de última hora, Juan Carlos Herrera ofrece una mirada aguda y equilibrada sobre los acontecimientos mundiales. Con un Master en Periodismo y más de diez años de experiencia en los medios más prestigiosos del país, su habilidad para desglosar los asuntos más complicados en una lectura accesible es insuperable.